Autor:Caravaggio
Fecha:1600-01
Museo:National Gallery de Londres
Características:141 x 196 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Barroco Italiano
La escena de este óleo narra los primeros pasos de Cristo resucitado. Habiendo encontrado éste a dos de sus discípulos en el camino a Emaús, los hombres no reconocen a su maestro hasta el momento de la cena en una posada, pues al bendecir Jesús el pan y el vino reconocen el gesto de la Eucaristía y, por ende, a su Señor. Caravaggio ha utilizado una composición muy frecuente en la pintura veneciana, en especial de Tiziano, con Cristo en el centro, acompañado de un sirviente. Sin embargo, ha llenado la escena de sutiles indicativos de la divinidad y el misterio desvelado de la resurrección, que algunos coetáneos de Caravaggio criticaron por ser inapropiados. Uno de estos elementos fue el cesto de frutas que adorna la mesa: copiado literalmente del Cesto de Frutas, se censuró el que contuviera frutos de otoño, cuando la resurrección había tenido lugar en primavera. Sin embargo, como apreciamos en el comentario del citado Cesto, cada fruta es una alusión simbólica: la manzana al pecado original, la granada a la pasión, etc. Por otro lado, el resto de los manjares resume los elementos de la Eucaristía: el pan, el vino y la jarra de agua. Los gestos y las posiciones de los personajes también nos indican el verdadero significado de la escena: Cristo bendice el pan con el mismo gesto del Dios Creador del Juicio Final de Miguel Angel. Pedro extiende sus brazos en el mismo gesto de un crucificado, como lo fue Cristo y como lo habría de ser el apóstol más tarde. Sólo los discípulos pueden reconocer el gesto de Cristo, por lo que el criado, ignorante de lo que está presenciando, no se ha descubierto la cabeza como haría si reconociera al Mesías. Un último detalle que revela la divinidad de Cristo oculta a los ojos humanos es la sombra que el criado proyecta sobre el fondo pero no sobre Jesús, quien parece iluminado por una luz interna.(Fuente: http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2349.htm)
"estando sentados con ellos a la mesa, tomando el pan, bendijo y partió, y dióles. Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron; mas él se desapareció de los ojos de ellos" (Lucas 24, 30-31)
http://homo-artis.blogspot.com/2010/04/caravaggio-cena-en-emaus.html
atación de la Resurrección de Cristo y la vigencia de los sacramentos, especialmente la Eucaristía, temática de carácter cotrarreformista al ser este un sacramento negado por los protestantes.
Presenta varias novedades respecto a sus obras anteriores. La primera estriba en la composición, concebida con un criterio intimista y visión próxima, factores ambos que sirven para reducir el episodio a su pura dimensión humana. En la peculiar iluminación tenebrista del cuadro se reconoce un segundo elemento renovador, de rompimiento de la tradición manierista que se nutria de gamas cromáticas almibaradas por efecto de luces rebuscadas aunque diáfanas. El escorzo de los brazos de san Pedro es el módulo que sirve para medir el espacio del interior que alberga a los personajes sentados en torno a la mesa; las naturalezas muertas que se despliegan sobre ella son un característico ejemplo del interés que el artista sentía por la representación de objetos de calidades diversas –frutos, panes, un ave, recipientes de loza y vidrio, un cestillo-, cuya presencia contribuye a dar noción de los planos y las distancias. El estilo de la naturaleza muerta se relaciona con el de obras de la primera época de Caravaggio.
El espacio es creado por medio de las posiciones escorzadas de la mesa y los objetos que aparecen sobre la misma. Cristo partiendo el pan en el momento de la Eucaristía es el eje axial de la composición, encontrándose iluminado por un foco de luz, dirigiendo hacia él la atención sus discípulos, que lo reconocen asombrados. Mientras, el posadero observa la escena con extrañeza, ajeno a lo que está sucediendo, los demás personajes muestran su asombre ante la revelación de Jesús.
La composición tiene un carácter teatral y dramático, realizando un magnífico estudio de las emociones: la serena tranquilidad de Cristo, el asombro y la emoción de sus discípulos, la extrañeza del posadero. Este nuevo estilo se verá materializado en sus obras siguientes de carácter religioso.
Un estrecho foco parte de un vano lateral, iluminando fuertemente a la figura central y dejando amplias regiones de la habitación en penumbras (el célebre tenebrismo caravaggiesco). Si la composición está bien meditada e ideada, no deja de atenerse a ciertas reglas fundamentales en la tradición: centralidad de la figura importante y lateralidad de las subsidiarias, foco corriendo en forma lateral desde la izquierda, figuras en escorzo.(http://homo-artis.blogspot.com/2010/04/caravaggio-cena-en-emaus.html)
Supongo que conocerás otra "Cena de Emaús" de Caravaggio que se encuentra en la Pinacoteca Brera, Milán; menos vistosa que la más conocida de la que tú hablas aquí.
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