miércoles, 2 de noviembre de 2011

La balsa...II




El hecho verídico que representa:

     La Medusa era un barco que viajaba hacia las costas de Dakar(África), dirigido por la marinería aristocrática. La Medusa tuvo un accidente y naufraga. Había dificultad para salvarse en las balsas porque eran muchos los tripulantes. Con actitud egoísta, los oficiales deciden cortar las amarras para salvarse a ellos mismos con la mayor rapidez. Quedaron 150 tripulantes a la deriva, la balsa no se movía, únicamente flotaba. Se sabe que así permanecieron hasta que después de 15 días un barco los recoge. En estos días los tripulantes llegaron a límites tan extremos como el canibalismo. Después dos supervivientes acusaron de abandono a la oficialidad.

Ante todo un cuadro político:

     El tema que representa es lo suficientemente válido como para probar la corrupción del régimen borbónico. Es un suceso histórico contemporáneo, moderno rigurosamente al modo de una crónica, al modo del Marat de David. Un episodio que Géricault no duda en emplear para potenciar aquellos valores que tanto le inquietan: el sufrimiento humano y el abandono ante las fuerzas de la naturaleza. Asuntos típicos del Romanticismo por lo que tienen de patético, sublime y siniestro. Con el naufragio ha querido representar el pueblo francés abandonado por el poder a la vez que héroe del romántico drama.

Eros y Thanatos. Diferentes emociones:

     El tema nos compromete emocional y psicilógicamente, y a ello contribuyen las diferentes actitudes que presentan los protagonistas de esta obra maestra.

     En primer término aparece el drama. Hay un personaje que parece que nos mira, representa el abandono,la melancolía, la meditación, sus ojos en penumbra delatan la pérdida de la esperanza al sostener a su hijo muerto.      También aparece la esperanza exaltada ante la visión del barco que viene a poner a salvo a los supervivientes. 

Máxima sujección a la realidad:

     Géricault pretendía ante todo ser fiel a la realidad. Para ello se sabe que habló con los supervivientes del suceso para que le contaran el capítulo paso a paso. Tuvo que alquilarse un estudio para pintar este tema colosal. Se entrevistó con un carpintero para saber cómo podía construirse una balsa. Recurrió a hospitales de París para aprender a dibujar cadáveres (amontonó fragmentos de cadáveres en su estudio). Incluso el hecho de que aparezca un personaje negro en la composición, es por su noticia de que éste contribuyó de un modo decisivo al salvamento. Por otro lado, posaron para la composición muchos amigos, entre ellos Delacroix.

Una cuidada composición:

     Aunque en el Romanticismo predomina el color, esto no quiere decir que se abandone el dibujo, tal y como sucedía en el Impresionismo. Así lo demuestra el gran número de dibujos y bocetos para este tema. Géricault tiene un gran interés por las anatomías, fue un amante de Miguel Ángel y de él retoma la idea de la energía contenida y la terribilitá. El realismo cruel y macabro podía contar con un antecedente: Caravaggio al que también admiró en Italia. Una vez más ha utilizado el recurso barroco de la diagonal que cruza de un lado a otro. El resultado es un sabio ritmo que acompaña al sentido dramático del hecho. Espirales y líneas zigzagueantes componen las figuras. Lo dramático se ve potenciado por violentos juegos de luces y sombras.

Aceptación de la obra:

     Al ser expuesta en el Salón de 1819 no tuvo la acogida que se esperaba, el Gobierno no la compró. Géricault aceptó la oferta de un inglés que le ofreció exponer su obra en Inglaterra. Esta es la obra cumbre de Géricault. No sólo es enorme en tamaño, sino también en su concepción. La realizó en un momento clave de su vida. Géricault buscó un tema propicio para que su labor se convirtiera en obra definitiva.
Escrito por:
Beatriz Aragonés Escobar.
Licenciada en Historia del Arte

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